Mi zona de confort
Todos deberíamos tener un rincón de nuestra casa al que recurrir cuando necesitamos un paréntesis para meditar, estar con nosotros mismos o, simplemente, disfrutar de la lectura o de un merecido descanso. Momentos en los que intentamos que la mente se calme para poder relajarnos.
Podríamos llamarlo ‘zona de confort’. Ese lugar que por su comodidad y encanto termina por convertirse en nuestro rincón preferido. Ese espacio vital en el que colgar el cartel de ‘Silencio’.
No tiene porqué ser una zona definida. Una cómoda butaca, una mesita auxiliar y si queremos una alfombra para delimitar el espacio, son suficientes para gozar de cierta intimidad. Si los metros cuadrados son un inconveniente, siempre podemos buscar una esquina del salón, del dormitorio o incluso aprovecharnos de algún hueco “muerto”. Si el espacio no supone un obstáculo, galerías, balcones y terrazas son ideales para crear nuestro pequeño oasis en casa.
¡Toma nota!
Sea cual sea tu caso, los factores clave que hacen de un rincón un espacio cálido y confortable son la luz (a poder ser natural, sobre todo si lo convertimos en zona de lectura) y la comodidad del tipo de asiento que escojamos. Sobre este último, hay tantas posibilidades como la imaginación nos dé: unos cojines para el suelo, pufs, una hamaca, un sillón orejero (o no), una mecedora, un chaise longue… o un charpoi, tradicional camastro de madera originario de la India. Además de ser cómodo, le aportará un toque original y exótico.
Los textiles y accesorios decorativos también suelen ser protagonistas. El color y la mezcla de texturas de cojines, alfombras, mantas, etc., dan vida a nuestro refugio, se adaptan a cada estilo y hacen que esa pausa sea más placentera. El aroma de una varilla de incienso nos ayudará a que nos abandonemos al relax con mayor facilidad.
¿Te identificas con alguna de las propuestas?
Imágenes: Pinterest, Free People, Pinterest, Peppermayo, Hgtv y Chairish.
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